Sobrevivir al Apocalipsis Zombi
Cuando pensar se convierte en un peligro
Déficit público. Maquillando el desastre
Hace un tiempo que no escribo una entrada sobre la debacle económica a la que nos vemos abocados ante la desidia generalizada, quizá porque ya parece que todo estaba dicho al respecto.
Sin embargo los últimos meses y especialmente el precio de la formación del nuevo Gobierno aconseja volver a actualizar la realidad económica que vivimos y sobre todo el tenebroso futuro que se atisba en el horizonte ante la falta de voluntad de afrontar las necesarias reformas estructurales de la que nadie quiere asumir su coste económico y social.
Pero mientras preparo una extensa y demoledora entrada al respecto para los próximos días, creo conveniente adelantar uno de los aspectos mollares del problema que se nos viene encima ante la inacción del socialpopulismo, únicamente preocupado de su supervivencia.
Y es que desde final del verano no dejo de acumular en la carpeta de análisis, datos e informes mas que preocupantes sobre el estancamiento económico que se cierne sobre el horizonte
La caída del la producción industrial o de las importaciones y exportaciones, y muy especialmente de los ingresos públicos ya hace sospechar que el esperado parón económico después del verano se confirma e incluso puede superar las expectativas amplificado por los evento politicos que desde luego no va a inocular las mas que necesitada confianza en el futuro económico.
Sin embargo, algo no cuadraba en todo este escenario, la Deuda Publica.
En septiembre la deuda publica ascendió hasta los 1.577.732 millones de euros, 14. 448 millones de euros mas que en agosto, lo cual hace un incremento interanual de la nada despreciable cifra de 73. 019 millones.
Algo que seria escalofriante por ello mismo, pero que tan sólo es la punta del iceberg de una realidad económica que se pretende enmascarar con la esperanza de engañar a la Union Europea y poder seguir estirando el impas económico previo a la inevitable crisis que enfrentamos.
Todo ello con el fin de intentar poder “colar” unos presupuestos tan expansivos como ficticios, que permitan agradar a sus socios y con suerte mantener el sillón del falcon al ególatra narcisista un par de años más
Y es que sonaba más que raro el hecho de que una economía que había necesitado de junio de 2022 a junio de 2023, 92.000 millones de euros de Deuda publica para compensar el deficit público, y seguir manteniendo la ficción de que la economía recuperaba el nivel previo a la pandemia, la peor evolución económica de toda la UE, cambiara la tendencia y precisara “tan sólo” 9.000 millones en el 3o trimestre, frente a los 28.000 millones del mismo periodo del año anterior.
Especialmente cuando se ha producido una sensible reducción de los ingresos público esperados. ¿Cómo es ello posible?
Muy sencillo, usando maquillaje fiscal para no evidenciar el gasto publico real
De esta forma, se están dejando de contabilizar gastos, o mas bien demorando su contabilización para de esta forma reducir de forma artificial el déficit contable, o mas bien retrasando su evidencia
En el mes de septiembre el Ministerio de Hacienda sólo ha contabilizado gastos por valor de 12.546 millones cuando si se dividiera el presupuesto anual entre doce, el gasto debería estar en el entorno de los 33.000 millones, un desfase de mas de 20.000 millones entre gastos estimados y contabilizados.
Pero hay otros indicios. Se preveía saquear a los ciudadanos 587.609 millones de euros, frente a los 511269, que les pudieron esquilmar el año anterior para alimentar el pesebre publico.
Ellos representaba un incremento de casi un 15% consecuente con el 5,5% que recuperó el PIB sobre lo perdido en 2019, y el 8,8% de inflación.
Sin embargo, y a la espera de lo que suceda el ultimo, que no promete ser alagüeño, ha habido una caída de los ingresos fiscales previstos del 10%. Ello supondría hasta final de año casi 60000 millones menos, un 4% del PIB
Ello significaría, que si los gastos públicos se ajustaran a lo previsto, cosa dudosa, de mantener la tendencia, habría un desfase del entorno al 8% del PIB, que tarde o temprano deberán acabar por contabilizarse y reflejarse en la Deuda Publica. Eso serían unos 115000 millones de euros, frente a los 75000 del año anterior.
Y el problema se agrava si, como parece, este trimestre la economía sigue enfriándose y cayendo aún más los ingresos tributarios sobre los previstos.
Porque lo primero que hubiera que preguntarse es cómo es posible que según la contabilidad general España siga creciendo y creando empleo, aunque sea de forma pírrica, y al tiempo una caída semejante de la recaudación general.
Especialmente si consideramos que cae la recaudación por IVA, Consumo, y la imposición a Sociedades, Beneficios empresariales, cuando al tiempo se acusa a las empresas de crear la inflación para obtener mayores beneficios, cuando realmente la gran beneficiada de la inflación ha sido el gobierno a costa de los ciudadanos.
Todo ello en un contexto de negociación de unos presupuestos presupuestarios previsiblemente expansivos guiados por intereses políticos e ideológicos, donde van a a imperar o se van a imponer sobre los estrictamente económicos o el interés de la nación y sus ciudadanos que hace previsible.
Y para cuadrar este panorama, una serie de medidas populistas, y un previsible aumento de la presión fiscal, que no hará sino desincentivar aun mas la inversión nacional y extranjera, y arruinar aun mas si cabe a la pequeña y mediana empresa.
Pero nada de esto detendrá al al ególatra narcisista, que ha comprado muy caro el sillón como para ahora detenerse a considerar el interés general y del País por encima de los suyos y los de sus sucios socios de gobierno, cuyo intereses distan mucho de ser el bienestar de España y los españoles
Y mientras tenemos a los voceros del gobierno y las elites políticas intentando mantener la ficción de una economía firme y solida, apuntalando como pueden el relato, mientras Sánchez sigue engrasando los desgastados engranajes de la economía con deuda publica y déficit, a la espera de que algún momento todo el motor estalle en mil pedazos sin posibilidad de reparación
Cuando llegue ese momento serán los ciudadanos y no quienes se han beneficiado de todo esta castillo de naipes financiero a quienes se exija pagar la cuenta, mientras los responsables, por acción o inacción se aseguraran de garantizar la salvaguardia de sus patrimonios
No tendrás nada
Y SERAN felices
Arréglese al Estado como se conduce a una familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo
Confucio
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